LUBUMBASHI, República Democrática del Congo — El 2 de diciembre, las autoridades togolesas interceptaron 38 monos en el aeropuerto. Se enviaban desde Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo (RDC), a Tailandia e incluían al menos dos especies clasificadas como vulnerables por la UICN. Treinta de estos animales no habían sido declarados al salir de la República Democrática del Congo.
El 7 de diciembre, Togo repatrió a los animales gravemente angustiados a Kinshasa, según un comunicado de prensa de la ICCN, la autoridad congoleña de vida silvestre, del 19 de diciembre. Catorce de ellos murieron en el zoológico de Kinshasa antes de que los 24 restantes fueran transferidos a un animal. santuario en la ciudad sudoriental de Lubumbashi.
“Se nos confió la rehabilitación de los animales supervivientes para que algún día puedan regresar a la naturaleza mientras nos asociamos con el ICCN”, dijo Franck Chantereau, presidente del Centro de Rehabilitación de Primates JACK en Lubumbashi. Le dijo a Mongabay que la alta tasa de mortalidad se debía a las malas condiciones en las que los traficantes transportaban a los monos.
La incautación ilustra las deficiencias en la inspección en las fronteras de la República Democrática del Congo. La carga viva partió del aeropuerto N’djili de Kinshasa y transitaba por Togo hacia Tailandia. Entre los animales interceptados se encontraban lesula (Cercopithecus lomamiensis), una especie de guenon que se encuentra únicamente en los bosques de la cuenca de Lomami y que no fue identificada ni descrita formalmente hasta 2012, y mangabey de cresta negra (Lophocebus aterrimus). Ambas especies han sido clasificadas como vulnerables por la UICN.
Incluidos en el Apéndice II de la CITES, se pueden exportar desde la República Democrática del Congo con un permiso. Sin embargo, Chantereau le dijo a Mongabay que los traficantes no poseían los permisos necesarios para exportarlos. “Cuando los animales llegaron a Togo, las autoridades togolesas y las organizaciones que luchan contra el fraude a la vida silvestre se dieron cuenta de que los animales en las jaulas no coincidían ni con el número ni con el tipo de especies autorizadas por los permisos CITES para la exportación desde la República Democrática del Congo. Por eso confiscaron los animales”.
La mayoría de los animales del envío (treinta de ellos) no habían sido declarados en la documentación oficial. Los principales destinos de las exportaciones de monos de la República Democrática del Congo incluyen Tailandia, Dubai y China, donde la gente rica compra primates como mascotas, dijo Chantereau.
La evolución de la cobertura del tráfico ilegal
Según Adams Cassinga, activista congoleño y coordinador nacional de la organización sin fines de lucro Conserv Congo, los traficantes suelen utilizar documentación fraudulenta para contrabandear especies protegidas. Los traficantes describen falsamente los animales que exportan como especies no protegidas en los documentos debidamente aprobados para el transporte por los organismos autorizados. De esta manera pueden eludir a los inspectores.
“Antes se vendían grandes simios, gorilas y bonobos. Cuando los traficantes se dieron cuenta de que los habían descubierto, empezaron a poner macacos de cola larga en las jaulas para distraer la atención de los grandes monos que traficaban. Este truco también fue descubierto y una vez más han cambiado su técnica para falsificar los documentos que se presentan en las inspecciones y despachos”, dijo Cassinga.
El traficante no ha sido identificado públicamente, pero Cassinga le dijo a Mongabay que es bien conocido por las organizaciones de protección de la vida silvestre y las autoridades. Sin embargo, afirma Cassinga, no se ha tomado ninguna medida oficial contra él: “La persona sólo fue interrogada”.
El 16 de agosto, el Departamento de Estado de Estados Unidos prohibió la entrada del país a tres funcionarios congoleños por “corrupción significativa”. El Departamento de Estado los acusó de traficar con chimpancés, gorilas, okapis y otras especies. Otra fuente, que pidió permanecer en el anonimato, cree que los estafadores cuentan con la ayuda de la connivencia entre la agencia de conservación y la CITES en la República Democrática del Congo.
La ICCN no respondió a las solicitudes de comentarios de Mongabay. Chantereau cree que ahora es importante reforzar las medidas de vigilancia, lo que implica aumentar y formar a los inspectores y guardas fronterizos. Sin embargo, señaló que el ICCN no tiene suficientes guardabosques y que otros son asesinados regularmente en un intento por proteger los parques nacionales.
“¿Cómo se supone que van a reconocer especies si son policías capacitados para proteger a las personas y sus propiedades?” preguntó.
Este artículo de Didier Makal fue publicado por primera vez en Mongabay.com el 8 de enero de 2024 | Traducido por Lindsay Kaslow. Imagen principal: Mangabey negro (Lophocebus.aterrimus) Imagen de Nathan Rupert vía Flickr (CC BY-NC-ND 2.0).
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