Si tienes gatos y perros en casa, es possible que los hayas visto jugar al juego «¿De quién es esta cama?». Puede que compres una cama nueva para tu perro grande, pero tu gato a menudo la reclama.
Cuando esto sucede, los perros buscan la ayuda de sus humanos. En el video a continuación, un Golden Retriever entra a la sala de estar, listo para tomar una siesta en su gran y mullida cama. Rápidamente se da cuenta de que algo anda mal y encuentra al gato ya en la cama. El gato lo mira como si dijera: «¡Largo, perro!
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El perro da vueltas alrededor de la cama, resoplando con frustración. Sigue jadeando y caminando de un lado a otro, esperando que el gato se mueva. Ladra, pero el gatito se queda quieto, cómodo y tranquilo.
El perro mira a su humano en busca de ayuda, pero no la recibe. Intenta empujar al gato con la cabeza, evitando las garras. Luego da vuelta la mitad de la cama, pero el gato no se mueve. Intenta dar vuelta toda la cama para sacar al gato, pero no funciona y el gatito simplemente maúlla.
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Decidido, el perro intenta arrastrar la cama con la boca, pero es inútil. Se recuesta al lado de la cama, jadeando y pensando en un nuevo plan. ¿Quizás el gato la comparta? Se empuja hacia la cama. Al gato le parece bien, pero el perro sigue queriendo su cama. Ladra e intenta empujar al gato, pero solo obtiene un silbido.
Finalmente, el gato encuentra una cama aún mejor: el propio perro. Se sube a él mientras él se acuesta a su lado. «su» cama. Ahora que están abrazados, ambos parecen felices.