Como padres, sabemos que los niños pequeños deben estar supervisados en todo momento. No son lo suficientemente responsables como para tomar decisiones por sí solos. Esto es especialmente cierto cuando se trata de animales. Pero los accidentes ocurren y esta historia se centra en eso. Una gatita callejera, más tarde llamada Pookie, soportó una experiencia dolorosa y desgarradora cuando fue abrazada por un niño de tres años. El niño, demasiado entusiasta y sin saberlo «demasiado cariñoso», abrazó al gatito con fuerza, causándole graves daños. Una vez descubierto, los padres estaban desesperados por conseguirle al gatito callejero la ayuda que necesitaba.
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La familia se acercó a la Texas Cat Coalition y pidió ayuda. La madre del niño dijo a los rescatistas que el gatito había dejado de respirar. Al levantar al gatito, le administraron RCP después de abrirle la boca. La pequeña también se había roto la mandíbula. Afortunadamente, pudieron revivir a Pookie. Después de llevarla de regreso al centro de rescate y ver sus heridas, no estaban seguros de si sobreviviría esa noche. La pobre bebé estaba débil y no podía sostener la cabeza. Sufrió una lesión cerebral traumática (TBI), causada por el fuerte apretón del niño, que cortó el suministro de oxígeno a su cerebro.
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El gatito pronto fue llevado de urgencia al veterinario. Le pusieron oxígeno y tuvo que ser alimentada por sonda. Ella todavía no podía moverse. Los rescatadores de Pookie quedaron devastados. Durante cuatro días, el gatito permaneció allí hasta que sus pequeños ojos comenzaron a temblar, lo que indicaba actividad convulsiva. Probablemente esto se debió a una inflamación del cerebro. Pero el tenaz gatito no renunciaba a la buena pelea.
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Una semana después, Pookie recuperó el conocimiento e incluso se levantó con algo de ayuda. Unos días más tarde, descubrió cómo caminar por sí sola. La mayor victoria de Pookie llegó cuando empezó a comer sola. ¡Sus rescatadores estaban eufóricos!
¡Pookie se recuperó por completo gracias a los humanos que nunca se dieron por vencidos con ella! El espíritu de lucha del gatito prevaleció al closing. La lección aquí: los niños pequeños necesitan ser supervisados en todo momento. Como padre, nunca es demasiado pronto para enseñar a los niños cómo comportarse con los animales. Estamos muy aliviados de que Pookie esté prosperando a pesar de su horrible experiencia.